Un robo con mucha calma
Surrealista total, un hombre armado entra a robar en un supermercado regentado por chinos a altas horas de la madrugada, debe ser una especie de 24 horas. Los empleados están practicamente dormidos en sus sillas, al de la tele solo le falta roncar.
El hombre saca el arma y apunta a la chica que está sentada frente a la caja registradora, pide el dinero y ella sin inmutarse y sin mover un solo dedo le indica que la caja está abierta que se sirva él mismo.
Una vez que el ladrón huye, la chica despierta a su compañero que sale tras él corriendo.
Me admira la pasividad de la mujer mientras es apuntada con un arma, como si no pasara nada, con toda la tranquilidad del mundo. Que sangre fría, joder.