El extremismo de una casa de soltero
Hay que reconocer que los tíos somos bastante mas guarros que las mujeres, y que una casa de soltero para un joven que se acaba de independizar puede ser peor que la morada de un enfermo del síndrome de Diógenes: la ropa por cualquier lado, la basura sin bajar, la cama sin hacer, cajas sin desembalar, suciedad y polvo por todos lados, el condón de la otra noche encima de un plato sucio de la cena del viernes… vamos, que si consigues meter en caliente con este panorama, puedes darte por contento.
Por suerte para todos, esto son casos extremos, y aunque seamos unos guarrillos, la cosa no suele ser tan extremista.
Ahora, cuando veáis esto, correr a enseñároslo a los que os llamaban guarros por tener los calcetines por el medio o no hacer la cama, a ver que dicen ahora. Como diría mi madre… consuelo de tontos :)